18 Jun Inteligencia Artificial, un nuevo Tsunami Tech.
Por Diego Erben
Creería que nadie puede escribir sobre este fenómeno con certeza.
En esta nota quiero transmitir lo que me pasa y compartir algunas visiones con mi ecosistema para reflexionar s.
Mientras más investigo,más complejo se me hace comprender el impacto total de la IA. Pero lo que sí sé… es que no podemos quedarnos quietos. Desde hace unos meses sigo portales, personas, empresas, universidades; asisto a charlas, hago cursos, me anoto en jornadas empresarias, hablo con colegas informáticos, me reúno con empresas que tienen propuestas de valor basadas en la IA, e infinitas alternativas que encuentro al alcance.
Ante todo esto se me presentan una serie de sensaciones que quiero compartir:
- Primera sensación: Sentirme en un mar sin fondo, es que día a día me meto más y es inagotable. Ninguna capacitación me permite saber dónde estamos parados realmente. Me aporta nuevas formas de pensar, pero no logro descifrar el impacto real de la IA en los mundos empresarial y académico.
- Segunda sensación: Esta nueva tecnología, altamente disruptiva y compleja, está ahora al alcance de todos. Contar con un “especialista” en el dispositivo que pueda definir o resolver en segundos resulta simplemente asombroso. Hoy en día, las empresas pueden acceder a soluciones tecnológicas por un costo mínimo o incluso gratuito, algo que hace años era impensable. Además, el uso de tecnologías por parte de las compañías de forma gratuita o por tan solo 20 dólares mensuales es una tendencia revolucionaria a nivel global. Históricamente, la nueva tecnología solía ser costosa y exclusiva para grandes corporaciones. Recuerdo, por ejemplo, cuando Business Intelligence (BI) surgió en 2003; entonces, crear tableros de control estaba reservado para muy pocos. Actualmente, estas herramientas son prácticamente gratuitas y accesibles para todos. Lo impactante es que para que esta democratización sucediera, pasaron muchos años. En contraste, la velocidad con la que evoluciona esta nueva tecnología es tan vertiginosa que nos resulta abrumadora.
- Tercera sensación: Estamos viviendo un momento crucial, un hito que marca un claro antes y después, similar a lo que ocurrió con la llegada de Internet, que permitió un mundo globalizado y transformó la forma de trabajar y conectar todo con todo. Ahora, podríamos estar frente a un cambio de igual magnitud en la manera de trabajar, que nos invita a reflexionar sobre qué necesitamos aprender a partir de este momento y cuánta productividad podremos generar los seres humanos contando con esta nueva inteligencia digital al alcance de todos.
- Cuarta sensación: Este escenario puede ser motivo de preocupación o incluso peligro, especialmente considerando cuánto debemos protegernos ahora de mensajes falsos, desinformación y amenazas cibernéticas a las que quizás no estamos acostumbrados. En su momento, se hablaba de hackers como individuos capaces de infiltrarse en un servidor; hoy, esa amenaza se multiplica millones de veces con algoritmos diseñados para encontrar cualquier punto de entrada que se propongan. ¿Cuál es el potencial de esta tecnología para ser utilizada con fines malintencionados?
- Quinta sensación: Como padre de tres hijos, me pregunto qué deberíamos aprender como humanos ahora que contamos con esta inteligencia artificial generativa, capaz de resolver casi cualquier cosa que le pidamos. Estamos apenas al comienzo de esta era; ¿qué sucederá dentro de cinco años? ¿Será aún necesario dedicar tantos años al estudio de idiomas, con sus academias, mientras quizás se sacrifican actividades como el deporte o las artes? En el mundo actual eso podía tener sentido, pero ¿es realmente lo correcto para el futuro? Tal vez debamos enfocar más tiempo y energía en aquello que nos hace verdaderamente humanos: el deporte, el arte, la diversión, viajar, jugar, y otras experiencias que enriquecen nuestra vida.
- Sexta sensación: El enorme universo de la inteligencia artificial se extiende hoy a millones de áreas diferentes, creando una verdadera caja de herramientas en expansión exponencial. Resulta casi imposible conocer todas las opciones disponibles para resolver problemas específicos. Por eso, es fundamental identificar primero las necesidades o “dolores” que queremos atender, ya que, partiendo de la base de que existe una gran variedad de herramientas, no es necesario saber exactamente cuáles; la propia inteligencia artificial puede guiarnos y asistirnos en ese proceso.
- Séptima sensación: Estamos en una verdadera carrera de velocidad, con los gigantes de la tecnología —Google, OpenAI, Microsoft— compitiendo ferozmente entre sí, mientras desde China también llegan desafíos en las grandes ligas. ¿Y qué sucede a nivel de las organizaciones más pequeñas? También enfrentamos una carrera constante en la que sentimos la presión de avanzar, de alguna manera, de entrenar a nuestros equipos y de incorporar esta nueva realidad en la cultura organizacional. Cada día parece pasar una ola imparable sobre nosotros. La verdad, es una experiencia abrumadora y enloquecedora.
Frente a todas estas sensaciones podemos paralizarnos y esperar, no sé qué, pero ver como se suceden los hechos, o bien entrar al juego a la velocidad que cada uno pueda. Pienso que lo segundo es lo correcto, porque estos cambios son imparables y seguramente nos está llevando a un nuevo punto de partida, no se sabe cuál, pero es justamente lo que estamos transitando.
Lo fundamental para las empresas será contar con un gobierno digital interno sólido, con una gran capacidad para comprender tanto el negocio como la tecnología, y para gestionar múltiples alianzas que impulsen el crecimiento del negocio. Además, será vital entender que la transformación digital demanda una mirada integral, en la que las personas, los procesos, la estrategia y la tecnología se integren de manera conjunta.